Poblaciones
Kiko pasea en bicicleta por las calles de Ciutadella
Esta mañana Hooky y yo vamos a visitar Ciutadella. Dicen que es el pueblo más bonito de Menorca y son famosas sus fiestas de Sant Joan. ¡Corre, que perdemos el autobús!
Al entrar en Ciutadella nos recibe una gran escultura de bronce que representa un caballo que se alza sobre sus patas traseras, con la crin al viento. Es muy grande y es una muestra de la afición por los caballos que hay en toda Menorca.
¡A pedalear!
Nos vamos hacia el centro de la ciudad. ¡Esto es precioso! Hooky propone que alquilemos unas bicis.¡Dicho y hecho!
Nos encontramos unos soportales con arcos que cubren parte de las calles. Por dentro hay muchas tiendas, cafeterías y restaurantes. Y en las plazas hay sillas y mesas llenas de gente que aprovecha el buen tiempo para tomar un refresco al sol. Hemos tenido que parar porque Hooky quería un helado.
Hay una plaza muy grande donde está la Catedral de Menorca, de estilo gótico. En el año 1300 el rey de Aragón, Alfonso III, mandó construir este edificio en honor de la virgen María. También vemos muchos palacios y casas señoriales. Algunos, como el Palacio de Olivar, se pueden visitar y son impresionantes. ¡Ciutadella es muy elegante!
Resistieron los ataques de los turcos
Hemos llegado a la Plaza del Borne. Es el centro de la ciudad y en ella hay un gran Obelisco. Mide 22 metros de alto. Lo construyeron en 1857. Ya sabéis que Hooky sabe muchas historias de barcos y marineros. Me cuenta que en 1558 las naves de la Armada turca atacaron Ciutadella y que este Obelisco es un recuerdo a la resistencia que pusieron los habitantes de la ciudad.
Al final, ganaron los turcos, pero el Obelisco les recuerda que fueron fuertes y valientes enfrentándose a los invasores. ¡Dicen que debajo de este monumento hay muchas monedas del siglo XVI!
Un faro a la entrada del puerto
En la plaza también está el ayuntamiento, que parece un gran castillo. Nos han dicho que hay un paseo que recorre todo el puerto de Ciutadella y aquí estamos, con nuestras bicis, viendo los barcos y la gente que pasea. A un lado del puerto hay un pequeño faro, La Farola. Es el que recibe a los barcos que llegan y cuando hay temporal fuerte, las olas casi rozan el faro, ¡aunque está a 21 metros de altura!.
Un castillo para vigilar el mar
Justo enfrente está el castillo de San Nicolás. Es una torre de defensa que construyeron en el siglo XVII. En ella vivían los soldados y tenían víveres, armas y pólvora. Alrededor del castillo hay un foso y una pasarela para poder entrar. Dentro hemos visto una escalera de caracol que te lleva hasta la zona donde estaban los cañones que disparaban para intimidar a los barcos enemigos. Desde allí hay unas vistas preciosas de la costa y del mar.
El Almirante que ganó muchas batallas
Me he quedado mirando una escultura de un señor que hay al lado del castillo. Hooky dice que fue un personaje muy importante, el Almirante David Glasgow Farragut. Su padre nació en Ciutadella y él fue el primer almirante de la Marina de los Estados Unidos de América hace ya unos 145 años. Fue un gran héroe que empezó siendo guardamarina con nueve años.
Hooky me cuenta que el mar era su vida y que en la Guerra de Secesión de los Estados Unidos consiguió dos victorias muy importantes por las que le ascendieron a Contraalmirante, una distinción que se creó para él porque antes no existía. ¡Pues sí que es importante este señor!
¡A comer!
Como estamos un poco cansados hemos decidido bajar al puerto. Hay muchos restaurantes y vamos a comer un poco de pescado fresco, del que hayan traído los pescadores esta misma mañana. Les vemos recoger las redes y prepararlas para volver mañana temprano a pescar. La comida aquí es excelente, con productos frescos y sanos. También hemos probado unas berenjenas rellenas que son típicas de Menorca. ¡Estaban deliciosas!
Ahora vamos a devolver las bicicletas. Como Ciutadella es muy plana hemos podido verlo todo pedaleando tranquilamente. Es una buena manera de pasear por esta ciudad porque hay muchos carriles-bici.
Manzanas para los animales de la granja
Antes de volver al Hotel Royal Son Bou Family Club hemos ido a la plaza del Mercado a ver los puestos de colores verde y blanco. ¡Qué bonito! A esta hora no hay mucha gente y hemos podido ver todos los productos que se vendían. Hooky ha comprado unas manzanas, dice que las llevará a la próxima excursión a la granja para dárselas a los animales que viven allí. ¡Corre, corre, que perdemos el autobús!