Excursiones

Desde Son Bou hasta las Salinas de Mongofre: una nueva aventura de Kiko

Ya estoy listo para comenzar la excursión de hoy. Voy a conocer unas antiguas salinas que están en un pequeño tramo del Camí de Cavalls, en el puerto de Addaia, al norte de Menorca. Antes de salir del Club Kikoland he dado un largo paseo por la orilla de la playa de Son Bou. ¿Conoces alguna manera mejor de comenzar el día?

¿Has visto la herradura de un caballo?

Llegamos en coche hasta la urbanización de Addaia. Las farolas que tienen dos bandas de color, una blanca y otra roja, nos señalan la dirección del Camí de Cavalls. Ya sabes que este sendero rodea toda la isla y hace casi 700 años se utilizaba para vigilar todos los barcos que se acercaban por el mar. Si en un camino ves una pequeña columna de madera con el dibujo de una herradura de caballo es que estás en el Camí de Cavalls.

null¿Conoces esta planta comestible?

Esto está lleno de árboles y procuro ir por la sombra porque hoy hace mucho sol. Toda esta zona pertenece al Parque Natural de la Albufera de Es Grau. Lo hemos visitado en otras ocasiones, ¿recuerdas que es la zona húmeda más importante de Menorca y que en ella viven muchos animales y plantas curiosas?

  • “Vamos a coger unas ramitas de salicornia”, dice Ana, “yo la añado a la mahonesa y le da un gusto especial porque solo crece cerca del mar”.

  • “Sí, yo la probé un día con mejillones y estaba buenísima”, le digo, “siempre que salimos al campo acabamos llevando a casa unas ramitas de alguna planta comestible, como el romero silvestre”.

nullCon largas patas y picoteando el barro

La vista desde aquí arriba es preciosa. Se ve toda la albufera. Un cartel nos avisa de que en esta zona hay nidos de aves y que no tenemos que hacer ruido. Hablamos en voz baja mientras caminamos cuando nos acercamos a un brazo de tierra que entra en el agua.

  • “Mira, en el arroyo hay peces muy grandes que saltan. Parecen contentos. Son lisas. ¡Silencio!”, dice Jorge.

  • ¿Qué pasa?, digo mientras miro hacia donde señala con su brazo. Unos patos se han quedado mirándonos pero cuando nos acercamos vuelan hasta el agua y se van nadando.

  • Era un ánade real”, comenta Ana. “¡Mirad allí, son dos cigueñuelas! Tienen las patas muy largas y delgadas y van picoteando el barro de donde cogen su alimento”.

nullCaminamos poco a poco hasta llegar lo más cerca posible pero sin asustarlas. Hemos traído prismáticos y, desde aquí, vemos patos, gaviotas, pequeñas garzas y otras aves que descansan sobre las rocas.

Un caballito del diablo azul y verde

Por el camino pasan unos ciclistas que se dirijen hacia el faro de Favàritx. Dicen que el paisaje hasta allí es muy bonito y lleno de colores porque en primavera hay muchas flores.

  • “Aquí hasta las libélulas tiene colores llamativos. ¿Has visto esta? Es azul y verde”, dice Jorge señalando hacia unos arbustos.

  • “Es un caballito del diablo”, responde Ana. “Ya he visto varias. Las libélulas son animales muy bonitos y dicen que hay más de 3.600 especies diferentes.”

nullSal para hacer el queso

Ya vemos las salinas. Las llaman Salinas de Addaia o de Mongofra. Se construyeron hace más de 150 años, en 1845. Aún se ven los compartimentos donde se recogía el agua salada y se dejaba secar para extraer toda la sal de manera artesanal. Hacían montones para escurrirla bien y la vendían en sacos de 50 kgs., sobre todo a las fincas de Menorca donde se hacía queso. En 1990 dejaron de funcionar.

Se acercan los caballos

Al lado de las salinas hay unas rocas que nos llaman la atención. La erosión del viento y el agua les han dado caprichosas formas pulidas y brillantes. Nos sentamos a descansar y comer un poco de fruta que hemos traído.

nullUn grupo de caballos y jinetes vienen por el camino. Nos saludan y continúan cabalgando mientras uno de ellos les cuenta la historia de las salinas.

Los islotes de la bahía

La bahía de Addaia tiene 3,5 kms. de largo. En la zona más estrecha tiene poca profundidad y no pueden navegar los barcos pero hemos visto algunas personas en kayak disfrutando de un bonito paseo.

nullHace más de 200 años que los británicos desembarcaron en esta bahía y construyeron una torre en la entrada para defenderla. Es un puerto muy bien protegido por dos islotes, Isla Grande e Isla Pequeña, que hacen de él un buen refugio para las embarcaciones.

Un parque infantil con vistas al mar

Cuando salimos de Addaia vemos un cartel que dice: Parque Infantil. Pensamos que es una buena manera de acabar la excursión y seguimos la señal. ¡Ha sido una gran idea! Desde aquí se ven los islotes del puerto de Addaia, Macaret y Cala Molí.

nullJorge corre hacia uno de los columpios del parque y desde allí vemos algunos veleros. Aprovecho para hacer unas fotografías, me gusta enseñárselas a mis amigos del Hotel Royal Son Bou Family Club. ¿Tú guardas recuerdos de tus excursiones? ¿Cuál es la que más te ha divertido? Hoy lo hemos pasado muy bien y hemos aprendido algunas cosas. ¿Sabías lo que son las salinas?


DATOS BÁSICOS

  • Addaia está a 19,7 km. de Son Bou. Cuando llegas a Alaior coges el Camí den Kane y por la carretera de Subaida llegas a la rotonda de la carretera Maó-Fornells. Allí verás señalizado el camino a Addaia.

  • En la temporada turística hay transporte público desde Alaior a Addaia.

  • El tramo del Camí de Cavalls hasta las Salinas de Mongofra (así consta en los carteles) es fácil. Un recorrido de unos 3 kms. de terreno llano, excepto una bajada que cuando volvemos es cuesta arriba.

  • Al ser una zona de nidificación de aves se recomienda no hacer ruidos fuertes ni llevar perros que podrían asustar a los animales.

  • También se recomienda llevar ropa de colores oscuros, poco llamativa.

  • Recuerda llevar calzado adecuado y una gorra para protegerte del sol. Agua y algo de comer porque por allí no encontrarás ningún lugar para adquirirlos.

  • Unos prismáticos te permitirán ver de cerca las aves sin asustarlas.

 

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