Kiko, tu guía turístico

Kiko explora en Trepucó la prehistoria de Menorca

Hoy vamos a visitar el poblado talayótico de Trepucó. He invitado a mis amigos Troglo y Dita. ¿Les conocéis? Fueron los primeros habitantes de Son Bou y aseguran que algunos de sus familiares vivieron en Trepucó.

¿Poblado talayótico?

La cultura talayótica en Menorca se desarrolló entre el año 2.000 a.C y la llegada de los romanos a la isla, aproximadamente en el año 123 a.C. El nombre proviene de los “talayots”, unas grandes construcciones de piedras que se utilizaban como atalayas para vigilar desde lo alto el entorno de los poblados.

Trepucó es uno de los asentamientos talayóticos más extenso y más visitado de Menorca. Ocupaba casi 5.000 metros cuadrados y fue excavado por primera vez en 1931 por la arqueóloga Margaret Murray de la Universidad de Cambridge.

4.000 años de historia

Hemos llegado al poblado de Trepucó. Lo primero que vemos es un impresionante “talayot”. Mide más de 4 metros de altura y tiene un diámetro de 26 metros. Parece que había 4 como éste en la zona, pero ahora sólo se conservan dos.

Troglo nos cuenta que desde arriba del “talayot” se veía la entrada al puerto de Mahón y que hay un acceso hacia la parte superior que no podemos utilizar ahora porque puede ser peligroso para los visitantes y, por eso, se mantiene cerrado. Nos recuerda que estas piedras se colocaron ¡hace casi 4.000 años!.

¿Mesa para los gigantes?

Caminamos hacia la izquierda y nos encontramos una “taula” de más de 4 metros de altura hecha de piedras muy grandes que forman una especie de T. Dita dice que las leyendas cuentan que eran mesas que utilizaban una raza de gigantes que vivió en la isla hace muchos siglos.

Los arqueólogos han demostrado que el recinto de la “taula” era un espacio de culto para aquella civilización en el que se celebraban algunos ritos y ofrendas en las que se sacrificaban animales. El centro era la “taula” y a su alrededor se ven pequeñas columnas de piedra.

Nos acercamos para hacernos unas fotografías de recuerdo y Troglo y Dita me dicen que tenga mucho cuidado, que la “taula” está reforzada para que se pueda mantener en pie y que debemos respetar el lugar de cada piedra y no intentar moverlas.

Casas con patio

Cerca vemos los restos de tres casas de la cultura talayótica. El cartel informativo nos cuenta que tenían un patio central y algunas habitaciones laterales. Una de ellas servía de taller para la fabricación de cerámica y elementos de plomo y hueso. Las piezas encontradas en las excavaciones se encuentran en el Museo de Menorca.

Otros habitáculos servían de almacén o de establo para los animales y en uno de ellos se encontraron cenizas por lo que suponen que era la cocina.

Honderos menorquines

Las investigaciones en los restos de estas casas han detectado que fueron incendiadas. Troglo nos cuenta que esto sucedió cuando llegaron los romanos porque se querían llevar a los honderos menorquines como aliados en las guerras que había en Europa. Una manera de obligarles era dejarles sin casa. ¡Es que los honderos de la isla tenían fama de certeros y valientes!.

Aún se pueden ver pequeños restos de la muralla que cercaba todo el poblado de Trepucó. Hace unos 200 años, las tropas españolas que invadieron Menorca y lucharon contra las tropas británicas, construyeron una fortificación en forma de estrella que aún acoge el recinto de “taula” y el gran “talaiot”.

Única en el mundo

Troglo y Dita están muy contentos de haberme enseñado dónde vivían los primeros habitantes de Menorca. Están muy orgullosos de cómo se cuidan estos monumentos arqueológicos. Me recuerdan que solamente en Menorca se pueden ver “taulas”, ninguna otra parte del mundo tiene una construcción de este tipo

De Menorca dicen que es un museo al aire libre porque tiene más de 1.500 yacimientos prehistóricos. ¡Nada menos que 2 por cada Kilómetro cuadrado! Y cada uno de ellos nos cuenta una pequeña historia de tiempos lejanos.

Por esto, la Menorca Talayótica es candidata a ser Patrimonio mundial de la Humanidad por la UNESCO.

Se hace tarde y Troglo, Dita y yo volvemos a casa, al Club Kikoland del Hotel Royal Son Bou Family Club. Y hoy, soñaremos con los antiguos pobladores de la isla.

 

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