Poblaciones
Kiko descubre en Menorca historias de castillos y cañones
Hoy voy a visitar Fornells. Es un pueblo de pescadores que está al norte de Menorca. Tiene una gran bahía, un castillo y una torre en lo alto desde la que vigilaban el mar para evitar que los piratas llegaran a la costa. ¿No te parece emocionante?
Hace unos meses estuve en Fornells con Hooky. El quería conocer los lugares donde los piratas habían llegado con sus barcos para conquistar la isla. Quería ver el puerto que había acogido a esos corsarios que cruzaban el Mediterráneo.
El castillo que creó un pueblo
Hoy voy muy tranquilo, paseando por la orilla del mar hasta llegar al Castillo de San Antonio. En realidad, lo que veo es lo queda del edificio que se construyó en el siglo XVII, hace más de 300 años. Tardaron 40 años en acabarlo y muchas personas de la isla se trasladaron a vivir a Fornells para trabajar en esta obra.
Por esto dicen que este castillo es el origen del pueblo de Fornells. Hasta esa época sólo unos pocos pescadores vivían desperdigados en esta zona.
Hace más de 200 años, en 1782, los militares españoles lo destruyeron cumpliendo las órdenes del rey Carlos III. Solamente queda la primera planta, un aljibe donde guardaban el agua, los almacenes y un patio.
En verano el castillo se ilumina por la noche y se organizan conciertos de música clásica. ¡Es un gran espectáculo!
Nadar en el vivero de langostas
Cerca del castillo hay un amplio espacio con sombra, bancos y unas escaleras que bajan al mar. Aunque el día está nuboso hay algunos niños nadando porque el agua del mar aún no está muy fría.
Una escultura recuerda a las personas que vigilaban desde allí la llegada de los barcos. Y en este lugar había un antiguo vivero de langostas. Pequeñas piscinas en las que los pescadores guardaban las langostas vivas antes de venderlas. El guía, Borja, nos explica que los niños y niñas del pueblo aprendían allí a nadar. ¡Espero que antes sacaran las langostas!
Al lado, la Casa del Contramaestre. Era una antigua estación de salvamento marítimo en la que ahora estan las oficinas del puerto.
Cabras en la gran bahía
El paseo entre las palmeras es precioso. Un reloj de sol al lado del pantalán llama mi atención. Cuando visité Binibeca también ví uno precioso pintado en una pared. Hay muchos barcos amarrados en la orilla. La mayoría son pequeños porque la bahía no es muy profunda.
Si vas en kayak descubres que hay cuatro calas vírgenes muy pequeñas. En una de ellas, Cabra Salada, dicen que hay cabras libres que se acercan a la playa atraídas por las personas que llegan hasta allí. En kayak llegas en 5 minutos, pero por tierra hay un camino largo así que no suelen ver mucha gente.
Hoy hay un grupo de jóvenes practicando windsurf. Las velas dan color a las tranquilas aguas. Desde el último pantalán del puerto veo los tres islotes que están dentro de la bahía. Allí viven algunas “sargantanes”, la lagartija típica de la isla.
La torre que vigila el Mediterráneo
Al final de la bahía tomo el camino que sube hacia el punto más alto del pueblo. Allí está la Torre de Fornells. La construyeron los ingleses hace más de 200 años y se conserva muy bien. Es impresionante.
Es una de las torres de defensa más grandes de la isla y está hecha con grandes bloques de piedra. Desde aquí arriba las vistas son preciosas. Es un lugar perfecto para ver, desde lejos, si se acerca algún barco.
También veo las entradas a algunas cuevas. Dicen que los piratas del siglo XVI guardaban en ellas las piezas más valiosas que habían robado y que los contrabandistas del siglo XX las usaban como almacenes de los productos que vendían.
Calentando las balas de los cañones
Merece la pena visitar el interior de la Torre. Hay un almacén donde los militares guardaban sus armas, la munición y los alimentos y una cisterna donde tenían el agua para la tropa. Allí vivían y se turnaban para vigilar, siempre atentos a la llegada de los barcos.
En la planta superior tenían los cañones y un pequeño horno donde calentaban las balas al rojo vivo. Así cuando disparaban a los barcos provocaban incendios y los hacían naufragar. ¡Qué curioso!
Desde aquí arriba veo el faro de Cavalleria que visité hace unos meses y disfruté de una maravillosa puesta de sol. A la derecha, la Mola de Fornells. Es una bonita zona natural. Tengo que preparar una excursión para conocerla mejor.
El águila vigilante
Mientras bajo hacia el pueblo veo un águila pescadora que sobrevuela la torre. Parece que me observa y vigila que todo vaya bien. También he visto cormoranes en la bahía acercándose a los barcos pesqueros.
Camino por las pequeñas calles del pueblo entre casas blancas y terrazas en las que la gente aprovecha el sol y espera para comer. Quizás una caldereta de langosta que es el plato típico.
Yo ya me voy. Me esperan en el Club Kikoland y no quiero llegar tarde. ¿Tú conoces Fornells? A mí me ha gustado mucho visitar el castillo e imaginarme cómo vivían allí hace 200 años. ¿Qué lugar de Fornells prefieres?
DATOS BASICOS
Fornells está a 23 km. de Son Bou. Por la carretera general hasta Es Mercadal y allí se coge el desvío a Fornells.
Ir en transporte público es algo complicado porque tienes que coger, al menos, dos autobuses y combianr sus horarios. Recomendamos alquilar un vehículo.
A la entrada del pueblo, junto al campo de fútbol, hay una gran zona de aparcamiento gratuito.
La Torre de Fornells se puede visitar cada día, excepto los martes, desde las 9.30 hasta las 15 horas. El precio de la entrada es de 2.40 €. Es gratuito para los menores de 8 años. Los lunes la entrada es gratis para todos.
El Castillo de San Antoni se puede visitar en cualquier momento porque sólo se permite acceder al exterior del mismo.